miércoles, 5 de noviembre de 2008

Japoneses encantadores

Lo que más me sorprendió de Japón fue sin duda todo lo que se refiere a la educación de sus habitantes. Ya había oído hablar de que es uno de los países más civilizados y seguros del mundo, pero aún así me sorprendió comprobarlo con mis propios ojos.

Los japoneses son increíblemente amables y serviciales. No sólamente en tiendas, restaurantes y demás recibes un trato inmejorable, sino que además la gente por la calle también se vuelca en los demás. Cada vez que preguntábamos cómo llegar a un sitio o algo por el estilo se desvivían por ayudarnos y, aún cuando muchos no hablaban nada de inglés, buscaban la forma de decirnos cómo llegar, ya fuera haciéndonos un croquis o llevándonos ellos mismos hasta el sitio al que queríamos ir. Si preguntábamos en una tienda no sólo dejaban de hacer su trabajo (incluyendo dejar de atender a los clientes que están esperando en la cola) para ayudarnos, sino que además movilizaban a todo el personal para que nos ayudaran también. Todo esto con la mayor de las sonrisas en sus caras, y dándose prisa para no hacerte perder tu tiempo!

Si estás en medio de la calle mirando un plano es muy raro que alguien no se pare y te pregunte si necesitas ayuda, y si se da el caso de que no saben dónde está el sitio te piden mil perdones por no poder ayudarte y se marchan afligidos. En una ocasión, yo paré a una señora por la calle para preguntarle una dirección. La señora dudaba un poco, así que estaba mirando mi plano para aclararse. Mientras tanto, yo veía que otra gente se iba acercando a preguntar qué estábamos buscando. Cuando me di cuenta, tenía a unas 5 personas a mi alrededor, indicándome por dónde tenía que ir! Ese mismo día un poco más tarde, estaba yo bajo la lluvia esperando a que el semáforo se pusiera en verde cuando un chico a mi lado me ofreció meterme debajo de su paraguas. El chico no hablaba mucho inglés pero me preguntó hacia dónde iba y resultó que su oficina estaba hacia el mismo lado así que estuve un rato caminando con él bajo su paraguas. Cuando llegamos al punto en el que nos teníamos q separar porque yo iba hacia un lado y él hacia otro, me ofreció quedarme con su paraguas, y a pesar de mis negativas me obligó a cogerlo y se marchó mojándose a su trabajo.

Se hace extraño porque en España o en muchos países europeos si alguien trata de ayudarte lo primero que haces es desconfiar. Si te dicen que te llevan al sitio inmediatamente dirías no, gracias, ya voy yo sóla, y si alguien se acerca a preguntarte si necesitas ayuda lo primero que piensas es que va a intentar robarte la cartera. Esto no pasa en Japón, allí puedes confiar en la gente y sabes con certeza que no van a intentar engañarte, sino todo lo contrario. Nos llamaba la atención que muchos japoneses llevaba carteras alargadas (del tamaño de los billetes) en los bolsillos traseros de los pantalones, quedando a la vista más de la mitad de la cartera. En nuestro país, eso es lo que se llama "pedirlo a gritos", sin embargo allí las llevan con total tranquilidad, y a nadie se le pasa por la cabeza que alguien pueda intentar quitársela.

Como os podreis imaginar, para una paranoica de los atracos como yo, este es el país ideal, y sólo por eso ya me gustaría irme a vivir allí. Es una putada que no sepa japonés, pero... quién sabe? quizás algún día...

En la foto, con un japo muy majo que conocimos en uno de los trayectos en tren. Después de intercambiar algunas palabras se empeñó en hacernos unas cuantas fotos, y acto seguido nos las envió por correo electrónico desde su móvil.

4 comentarios:

japogo dijo...

Es una de las cosas que sorprende cuando oyes hablar a la gente que ha visitado/vivido en Japón... la seguridad y la confianza. Y es triste que en el resto del mundo no sea así, porque fríamente pensado, es como debería ser.
Ahhh... y lo del paraguaaaas... vale, muy serviciales, pero tiene una pinta de tirada de teeejooos!! De verdad que no te pidió el tfno?

Ignacio dijo...

Los japos son majísimos aunque creo que todos (o casi todos) los extranjeros que vivimos aquí tenemos una relación amor-odio con ellos. Hay días que piensas que son lo mejor del mundo y otros los extrangularías cuando se empiezan a enrocar en medio de leyes y normas sin sentido.

Pero, bueno, atentos son un rato. Es imposible no cogerles cariño. :)

Al dijo...

estos chinos.....

y así, quién da trabajo a la poli?? bueno, los extranjeros, claro.

P.S.: estoy perezoso incluso para hablar contigo de cómo te fue. ya me conoces jeje

vanessa dijo...

Japogo, no me pidió el teléfono pero me faltó poco para dárselo yo pq el tio no estaba nada mal. Si pudiera comunicarme con él se habría convertido en el hombre de mi vida, pero por culpa del idioma el pobre se ha quedado en el hombre del paraguas,jajaja. Si ya me decían a mi que saber idiomas es fundamental...

Igna, te entiendo perfectamente, y además supongo q tanta amabilidad también acaba rayando pero para pasar 15 días son perfectos, jeje.

Al, la verdad es q no vimos mucha poli, quitando alguno por ahí en bici y de vez en cuando 3 o 4 vigilando un templo en el que no hay nada que se pueda robar..
Yo me pregunto de qué hablarán los telediarios, si nunca pasa nada.
Igna??