Este es uno de esos lugares a los que sólo se va en "ocasiones especiales".
Y la ocasión la tuve la semana pasada cuando se presentó en la Pérfida Albión el amigo Albertrubipink. Sólo estaba de paso, haciendo escala para coger otro avión al día siguiente, pero dada la ilusión que me hacía encontrármelo aquí, no pude hacer menos que llevármelo a un sitio como este.
Vértigo 42, es el nombre que le han dado al espectacular Champagne-Bar, que se encuentra nada menos que aquí arriba, en el piso 42 de la imponente Tower 42, la más alta de la City (y que a mi personalmente me gusta mucho)
Lo primero es hacer la reserva, que requiere de unas cuantas llamadas hasta que te cogen. En este caso era día de semana y pude reservar la misma tarde, pero si se quiere ir en fin de semana supongo que habrá que llamar con tiempo. Y por cierto, tened la tarjeta de crédito a mano porque te la piden, ya que, si no te presentas, te cargan 10 pounds (lo cual ya te da una pista de lo que le puede pasar a tu tarjeta si te presentas...)
Una vez dentro del majestuoso hall-de-tres-plantas del edificio, tienes que pasar por los pertinentes controles y detectores de metales como si de un aeropuerto se tratase (aunque al menos aquí no te hacen quitarte los zapatos...)
y después de coger un ascensor (que hace honor a esos controles porque es como un avión) llegas al piso 42, donde se despliega ante tus ojos una vista de 360º de la ciudad, enmarcado en un bar circular donde tomarse una botella de champán resulta ser una experiencia más que agradable, y sobre todo en tan buena compañía.
El bar, a pesar de estar empapado en ese glamour inherente a su privilegiada situación, no es tan sofisticado como cabría esperar (o al menos esa fue mi impresión), pero las vistas que tiene son sencillamente impresionantes (aunque mis fotos no le hacen justicia).
Desde aquí se distinguen perfectamente los iconos de la ciudad, puedes jugar a situarte (o des-situarte, según quién lo mire...) como si tuvieras una gran maqueta en miniatura delante de ti, pero cuando elevas tu mirada hacia el horizonte en busca del marco de la maqueta, creyendo que en algún punto las diminutas luces desaparecerán, y podrás vislumbrar el perímetro de la ciudad...
descubres que esto nunca ocurre, y consigues la prueba irrefutable de que aquello que sospechabas es totalmente cierto: Londres es... infinito.
Y la ocasión la tuve la semana pasada cuando se presentó en la Pérfida Albión el amigo Albertrubipink. Sólo estaba de paso, haciendo escala para coger otro avión al día siguiente, pero dada la ilusión que me hacía encontrármelo aquí, no pude hacer menos que llevármelo a un sitio como este.
Vértigo 42, es el nombre que le han dado al espectacular Champagne-Bar, que se encuentra nada menos que aquí arriba, en el piso 42 de la imponente Tower 42, la más alta de la City (y que a mi personalmente me gusta mucho)
Lo primero es hacer la reserva, que requiere de unas cuantas llamadas hasta que te cogen. En este caso era día de semana y pude reservar la misma tarde, pero si se quiere ir en fin de semana supongo que habrá que llamar con tiempo. Y por cierto, tened la tarjeta de crédito a mano porque te la piden, ya que, si no te presentas, te cargan 10 pounds (lo cual ya te da una pista de lo que le puede pasar a tu tarjeta si te presentas...)
Una vez dentro del majestuoso hall-de-tres-plantas del edificio, tienes que pasar por los pertinentes controles y detectores de metales como si de un aeropuerto se tratase (aunque al menos aquí no te hacen quitarte los zapatos...)
y después de coger un ascensor (que hace honor a esos controles porque es como un avión) llegas al piso 42, donde se despliega ante tus ojos una vista de 360º de la ciudad, enmarcado en un bar circular donde tomarse una botella de champán resulta ser una experiencia más que agradable, y sobre todo en tan buena compañía.
El bar, a pesar de estar empapado en ese glamour inherente a su privilegiada situación, no es tan sofisticado como cabría esperar (o al menos esa fue mi impresión), pero las vistas que tiene son sencillamente impresionantes (aunque mis fotos no le hacen justicia).
Desde aquí se distinguen perfectamente los iconos de la ciudad, puedes jugar a situarte (o des-situarte, según quién lo mire...) como si tuvieras una gran maqueta en miniatura delante de ti, pero cuando elevas tu mirada hacia el horizonte en busca del marco de la maqueta, creyendo que en algún punto las diminutas luces desaparecerán, y podrás vislumbrar el perímetro de la ciudad...
descubres que esto nunca ocurre, y consigues la prueba irrefutable de que aquello que sospechabas es totalmente cierto: Londres es... infinito.
6 comentarios:
Sin lugar a dudas... uno de mis sitios favoritos de Londres. :D
Pues te han quedado muy bien las fotos... no te quejes!!!
Besos!!
También uno de mis favoritos. Muchas gracias a ti por descubrírmelo.
No se lo digas a nadie, pero las últimas fotos son del año pasado, contigo al lado siempre salen mejor, jejeje.
¡Qué trampooosa! Ignacio, ya puedes ir pidiendo derechos de autor...
Pues a ver cuándo abren las tres torracas de Madrid y hacemos una competi entre capitales, comparando las mejores vistas. Pa mí que gana Tokio.
Eeeehhh, q Ignacio estaba presente pero las fotos las hice yo!!
Tokio?? que vaaaaaaaaaaa!! desde el campanario de mi pueblo hay mejores vistas!además, eso es todo mentira, Ignacio está en una cápsula y en las ventanas hay posters en 3d con esas imágenes, pero en realidad eso no existe!!
Londres sí!!! Londres sí!!!
Bueno, venga, vale... me estás convenciendo!!
Muchas gracias por las postales.
Y gracias por todo lo que cuentas en tu Blog. Me gusta mucho leerlo.
Siento no haberte llamado cuando estuviste en España. El tiempo se me fue de las manos entre el trabajo y el cansancio...
Un besito
Carmen
Carmenciiiiñaaa!! es todo un honor saber que estoy contribuyendo a un Londres sí, jejeje.
Yo también iba a llamar a todo el mundo pero 3 días no llegan a na! se me fueron volando de repente!
Un besazo enorme y otro para la claudix
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